En muchas partes del mundo, el aire acondicionado es una de las primeras herramientas a las que recurre la gente cuando llega el momento de combatir el calor, ya sea durante el verano o, en algunos lugares, durante todo el año. Sin embargo, el aire acondicionado no siempre es una solución infalible porque, aunque es un arreglo rápido y fácil una vez instalado, también se sabe que aumenta la factura de la luz.
Afortunadamente, aparte del aire acondicionado, hay formas de diseñar una casa para mantener frescos a sus habitantes, algo especialmente útil si tenemos en cuenta los efectos del calentamiento global. Para obtener más información sobre las características de una casa que pueden ayudar a refrescarla, nos pusimos en contacto con varios expertos.
1. Considere la exposición al sol.
"En nuestro proceso de investigación durante el prediseño, nos fijamos en factores como la exposición al sol", explica a Hunker Wesley Kean, arquitecto fundador y creativo de diseño de KoDA. Esto permite a los arquitectos aprovechar los lugares sombreados "mediante el uso de zonas cubiertas", añade Kean.
A la hora de crear zonas de sombra alrededor de la casa, Victoria Benatar, fundadora de Victoria Benatar Architect PLLC y cofundadora de EXD Architecture, explica a Hunker: "Esto se puede conseguir utilizando brise soleil (del francés 'rompe-soles') en las fachadas del edificio, que es un elemento arquitectónico que reduce la ganancia de calor desviando la luz solar". En concreto, el brise soleil consiste en utilizar una serie de láminas horizontales o verticales para controlar la cantidad de luz solar que puede entrar en un espacio.
Asimismo, los salientes del tejado pueden servir para proteger el interior de la casa de la luz solar directa. "Esto puede conseguirse diseñando la casa de modo que el tejado sobresalga de la pared exterior", dice Benatar. "Cuanto más largo sea el saliente, más sombra se creará en el muro perimetral para reducir la exposición al calor".
También hay que tener en cuenta una distribución adecuada de las ventanas para que la vivienda no reciba luz solar directa durante las horas más calurosas del día. "Lo ideal es que las ventanas dejen pasar el aire desde la fachada norte [en el hemisferio norte]", explica a Hunker la arquitecta Krismary Chacón, cofundadora de KxK Architecture. Dado que, en este hemisferio, la fachada sur de la casa recibe la mayor cantidad de luz solar durante el día, querrás evitar tener varias ventanas en este lado de la casa.
2. Utilizar la dirección del viento.
"Una de las mejores formas de enfriar una casa sin electricidad es utilizar la ventilación natural", explica Benatar. "Para introducir aire fresco en un edificio, la ventilación natural utiliza el viento para crear movimiento de aire sin necesidad de sistemas mecánicos. La orientación del edificio tiene que ser perpendicular a los vientos dominantes, lo que permite una presión suficiente para que fluya hacia el interior".
Las ventanas pueden utilizarse para aprovechar la circulación del aire, creando una trayectoria del viento. "La ventilación cruzada es uno de los sistemas más comunes en los edificios porque reduce el uso intensivo de equipos de aire acondicionado", afirma Chacón. La ventilación cruzada consiste en abrir ventanas en lados opuestos de un espacio para que el aire entre y salga de la casa, evitando que el aire caliente se quede estancado.
"El tipo de ventana, sus dimensiones y su ubicación son relevantes, y darán lugar a distintos índices de ventilación", añade Benatar. "Es importante tener en cuenta que la velocidad del viento aumentará si la abertura es estrecha... La presión del viento y el tamaño de las aberturas afectan a cómo fluye el viento dentro del edificio".
Otros elementos que pueden ayudarle a aprovechar la dirección del viento son las brisas y los porches envolventes. "Cualquier estrategia que permita que el viento fluya hacia el interior de la vivienda, o que reduzca la luz solar directa, disminuirá sin duda el calor y creará ventilación natural, refrigeración pasiva y arquitectura sostenible", explica Benatar.
3. Opta por materiales pesados.
Los materiales pesados -como la piedra, el ladrillo, el adobe o la teja- permiten que las casas se mantengan más frescas. "Estos materiales pesados nos ayudan a almacenar calor [durante el día] y, por tanto, a reducir la temperatura en el interior de los edificios", explica a Hunker el arquitecto Walter Küttel, cofundador de KxKArchitecture, refiriéndose al concepto de masa térmica: la capacidad de ciertos materiales para absorber, almacenar y liberar calor.
Sin embargo, Küttel advierte que no es la mejor solución para todos los espacios. En lugares donde las temperaturas son siempre cálidas durante el día y la noche, el efecto no tiene mayor repercusión. "Normalmente, [los materiales pesados] se utilizan en lugares donde las temperaturas varían entre el día y la noche", explica Küttel. "Por ejemplo, en desiertos donde las temperaturas diurnas son de 105 grados [Fahrenheit], y por la noche, las temperaturas tienden a bajar a unos 50 grados". En estas condiciones, el calor almacenado por los materiales durante el día se liberará gradualmente por la noche.
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